Cuando la creatividad hiberna

Hoy es un día de diciembre en el que mis ánimos tienen frío.
Mis emociones están congeladas por el clima de incertidumbre.
Tengo tantas ideas y proyectos escritos en mis notas…
pero ahora no encuentro el calor de la motivación que me anima a llevarlos a la acción.

Estoy en un punto extraño:
tengo mucho material para trabajar,
pero me falta inspiración para concretar.
Así que me detuve para entender por qué me siento como me siento.

Suelo ser una mujer con ánimos cotidianos y mucha energía para crear.
En los últimos meses he tenido momentos de inspiración generosos, abundantes.
Sin embargo, hoy reconozco que mi desánimo también viene de haber forzado a mi creatividad
para definir caminos de emprendimiento…
y de haber olvidado crear solo por diversión.

Mi creatividad está hibernando.
Mis ánimos también.

¿Qué me queda entonces?

Así como mis manos están entumecidas por el clima de la habitación,
mi estado de ánimo me pide calor para poder recuperarse.

Por un momento —quizá solo por un instante—
puedo generar ese calor interno que desentumezca mi emoción.
Poniendo atención a lo que esa lucecita en mí necesita para avivarse.

Quizá sea solo frenar… pero sin culpa.
Quizá sea prepararme un café calientito y seguir escribiendo estas líneas.
Quizá mi corazón de mujer en transición también quiere hibernar.

¿Y si por un momento me doy permiso de no estar bien?
¿Y si permito no querer entender lo que pasa?
Quizá hasta mi entendimiento quiere acurrucarse al lado de una fogata de consideración.

Hoy no busco abrazo externo, ni siquiera refugio en mis hijos.
Hoy no tengo la respuesta, pero sí la sensación:
un frío interno, un no querer estar aquí ni allá.

Quizá mi cueva me llama porque es tiempo de hibernar.
Quizá esta vez le estoy haciendo caso.
Otros años he estado tan saturada que, aun en la oscuridad de la cueva,
seguía produciendo con la luz apagada.

Quizá hoy sea mi oportunidad de dejarme llevar por este ritmo lento.
Quizá sea solo un día para meterme en mi cueva
y mañana regresar con nuevos ánimos.
Quizá esta desconexión sea la puerta para encontrar algo que aún no conozco en mí.

Quizá, quizá hoy solo sea un momento para buscar calor en mis letras.

—Annely Rodríguez

Escribo para comprenderme. Comparto para acompañar.